¿Por qué comemos pastel de calabaza el Día de Acción de Gracias?
Alrededor de 50 millones de personas comen pastel de calabaza el Día de Acción de Gracias, según el portal de internet de la marca Allspice Culinarium. Pero, ¿de dónde surge tanta devoción? ¿Cómo es que esta fruta se convirtió en un elemento tan importante en la celebración del Día Acción de Gracias?
De acuerdo con información publicada por HistoricJamestowne.org, el pastel de calabaza surgió durante el invierno del año 1609 al 1610, en un periodo de escasez de cosecha al que los colonos llamaron “The Starving Time”. Los peregrinos removían la pulpa de la fruta, la llenaban con leche, especias y miel, para crear un tipo de flan.
Sin embargo, el vínculo entre el pastel de calabaza y la tradición de Acción de Gracias se atribuye a Sarah Josepha Hale, una prominente escritora y editora. A Hale también se le conoce como la madre del Día de Acción de Gracias, debido a sus persistentes esfuerzos para lograr que se proclamara un día oficial para esta celebración en Norteamérica.
En su novela, A Tale of New England, publicada en 1827, Hale describe lo que a su entender debía ser una cena de acción de gracias puritana. La autora dedica un capítulo completo a la comida relacionada a la festividad. En la publicación, describe al célebre pastel de calabaza como un elemento indispensable para un buen día de Acción de Gracias Yankee, convirtiéndolo en un ícono de la celebración para las futuras generaciones.
Si quieres vivir la experiencia de una verdadera cena de Acción de Gracias Yankee, deberías considerar incluir el sabor auténtico del pastel de calabaza. Prueba tus destrezas culinarias con esta receta de 1796, creada por Amelia Simmons’s y publicada en American Cookery, el primer libro de cocina escrito en los Estados Unidos.
Si aprendiste algo nuevo acerca del Día de Acción de Gracias y su estrecha relación con el pastel de calabaza, comparte el conocimiento con un amigo. Dale “share” a esta publicación.