Retos en el desarrollo de la industria agrícola local
Por: Joshua Ortiz Coreano
En siglos pasados Puerto Rico produjo a grandes cantidades café, caña de azúcar, tabaco frutos menores, pero los altos costos de producción y el exceso de reglamentación apagaron la gloria que una vez alcanzó la industria agrícola local.
La tierra borincana posee características únicas que la hacen un lugar ideal para la agricultura. Cuenta con 10 de los 11 tipos de suelos existentes en el mundo y un clima tropical que provee las condiciones perfectas para la siembra y la siega todo el año.
A pesar de ello, el Departamento de Agricultura Federal (FDA, por sus siglas en inglés) registra que en Puerto Rico se importa el 85 por ciento de los alimentos que se consumen. De acuerdo con el ente federal, el producto local suple solo el 15 por ciento de la demanda por comestibles. Esta realidad quedó demostrada tras el paso del huracán María en 2017 cuando colapsó la infraestructura gubernamental y, como consecuencia, se afectó la cadena de suministro de alimentos provocando escasez.
A pesar de ser bajo el porcentaje de consumo de productos locales, la agricultura no se ha erradicado del todo, gracias al compromiso de los agricultores y corporaciones netamente puertorriqueñas. El sector agrícola se destaca particularmente en la cosecha de frutos menores como la piña, el café y las fresas.

“Muchos son los retos que enfrenta el agricultor de frutos menores”, puntualizó José López, director ejecutivo de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico.
En este renglón, la limitación principal para el desarrollo de la agricultura es la competencia del producto de frutos menores importados. El producto local queda en desventaja ante el importado debido a que el precio es más bajo. López explicó que el costo del producto local es un poco más alto al del importado, lo que representa un reto a la hora de implementar un precio justo que satisfaga tanto al consumidor como al agricultor.
Para establecer el precio justo se debe tomar en cuenta los altos costos de producción que incluyen la mano de obra, la energía eléctrica, el agua, además de los insumos o los gastos en fertilización y mantenimiento según requiera la cosecha del producto. José Lomeña, Director de Finanzas de la empresa puertorriqueña Atenas Pinaple, confirmó que el precio de la piña local es mayor debido a los altos costos de producción.

Otro factor que afecta la agricultura local es la estricta reglamentación que los agricultores tienen que acatar. Según el Director Ejecutivo de la Asociación de Agricultores, cuando se compara esta reglamentación con la de otras naciones, queda al descubierto la limitación de la agricultura local. La mayoría de los países que exportan hacia nuestra isla no tienen mucha de la reglamentación que el agricultor puertorriqueño debe seguir. López expresó que la reglamentación federal influye mucho en los costos de producción sobre el producto y aquí es donde se menoscaba el precio.
“A pesar de todas las desventajas que atraviesa el agricultor puertorriqueño habrá algo que la competencia nunca podrá igualar: La calidad de nuestros productos”, aseguró el agricultor y agrónomo de Atenas Pineapple, Iván Ríos.
El producto local llega a los comercios de dos maneras, una es mediante la compraventa local, es decir del agricultor hacia las plazas, supermercados o comercios locales. También llega a través de la venta de distribución o del agricultor a grandes empresas de distribución. Luego que se cosecha el producto y se empaca, tarda muy poco en llegar a los comercios, lo que permite que la calidad del producto que el consumidor sirve en su mesa sea superior a la del producto importado que tarda varios días en llegar las góndolas, detalló López.
Levantar la agricultura en la isla dependerá del esfuerzo de sus propios protagonistas: los agricultores. López recomendó renovar los valores de distribución basado en un concepto similar al cooperativismo para fomentar el desarrollo de la agricultura. De acuerdo con el Director Ejecutivo de la Asociación de Agricultores, se requiere que más de un agricultor forme parte de esa cadena de distribución. También insistió en que las corporaciones agrícolas deben organizarse para poder suplir las cantidades que solicitan los puntos de venta y satisfacer así la demanda local.